Valores no, comportamientos si.

Si pudieras preguntarle a tus empleados lo siguiente ¿qué contestarían?

«Si pudieras prometer hacer una sola cosa para el bien de nuestra empresa ¿que sería?»

Aseguro que las respuestas que se obtendrían rondarían más o menos así:

A ser responsable en mi trabajo

A ser honesto en mis acciones

A dar mi mejor esfuerzo en cada momento

A tratar de ser mejor cada día

Sin embargo, fíjense bien que la pregunta implica comprometerse con «hacer» algo no «serlo» por lo que estas respuestas no estarían contestando la escencia de lo que se pregunta.

Las respuetas antes listadas hablan de comprometerse con valores (ser de determinada forma), más lo que la pregunta pide es que se prometan comportamientos (hacer algo en concreto) ¿Que diferncia hay entre valores y comportamientos? Que los primeros son la manifestación de los segundos. Es decir, dado que que me comporto haciendo esto, entonces se puede decir que vivo tal valor.

Vemos un ejemplo:

Un empleado puede reponder a la pregunta planteada previamente de la siguiente manera:

Pormeto ser responsable en mi actuar (valor: responsabilidad)

Pero si a este mismo empleado le preguntáramos:

¿Que actividad en concreto me dará evidencia que eres responsable?

Seguramente el empleado tendrá que ajustar su respuesta diciendo algo como:

Llegaré puntual todos los días (comportamiento: llegar puntual)

¡Bingo! El ser puntual todos los días es un comportaminto y no un valor. Ahora bien, si el empleado efectivamente llega puntual todos los días, entonces si, se puede decir que es responsable. El valor es la manifestación de la  acción.

Entender esta distinción es importante a la hora de intentar forjar comportamientos en nuestros colaboradores ya que los gerentes suelen proponer vistosos códigos éticos basados en misiones y valores muy vistosos, mismos que incluso escriben y enmarcan en sus oficinas, pero olvidan hacer explícito qué comportamientos concretos habrán de generar evidencia que se vivien dichos valores.

Si yo le pido a mi hijo que sea abierto conmigo no es lo mismo que si le pido «Encontrémonos cada domingo a las 8:00 pm cada quince días en la sala para charlar».

La petición de ser abierto deja la invitación a un nivel conceptual, y por ende difícil de medir, la de pedir un encuentro un día, en una hora y en un lugar en específico es perfectamente coentendible, concreto y específico (es muy fácil de monitorear si esto está sucediendo o no)

En conslusión, si se quiere trabajar en cambiar o formar el comportamiento de una persona, no debe de enfocarse el trabajo a nivel de valores, sino profundizar aún más, al nivel de los comportamientos específicos esperados que habrán de evidenciar dichos valores.

Factor Humano Factor Liderazgo Factor Productividad

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MBA por el IPADE Business School fundador de Damian Business Coaching

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