La falacia del trabajo árduo

Recientemente escuché una entrevista que le hacían a un entrenador de un equipo de fútbol de mi país (México) en donde le preguntaban cuál era su argumento para poder predecir que el equipo que actualmente dirige tendría un buen papel en la próxima competencia que está por iniciar.

Ante este cuestionamiento el entrenador respondió:

«Mi argumento es mi trabajo arduo. Me irá bien por que trabajo mucho para que así suceda»

Al escuchar esta respuesta me di cuenta cuan trillado se ha vuelto usar dicha explicación como causante de los buenos resultados en cualquier ámbito.


«El mejor alumno es el que se esfuerza más»
«El mejor empleado es el que más tiempo se queda en la oficina»
«Los mejores vendedores son quienes más empeño le ponen a su trabajo»

Son algunas de las frases que se escuchan constantemente en los pasillos.

Así, todas estas intentan dar a entender que detrás de un gran resultado hay mucho esfuerzo de por medio.

Yo me niego a creer que esto es del todo cierto (y digo «del todo» pues si reconozco que algo hay de verdad, más no es lo que explica el éxito en esencia).

Si yo hubiera sido el entrevistador de ese entrenador de fútbol le hubiera pedido que explicara aún más qué es lo que quiso decir con eso de «trabajo árduo» pues sinceramente aún no he conocido a ningún profesional que no diga que entrenó y trabajó arduamente también.

Mi experiencia como entrenador de talento me ha enseñado que los buenos resultados son consecuencia no de un trabajo esforzado sino de uno enfocado. Es decir, lo que provoca que el éxito no es el trabajar duro, sino el trabajo efectivo (hacer lo que importa)

Si yo fuera un entrenador de fútbol y tuviera que explicar el por qué de mi confianza en los resultados futuros de mi equipo, diría más bien algo como: «He detectado la debilidad de mi rival y estoy cierto de poder aprovechar esto a mi favor» o tal vez algo como «He identificado cual es la fortaleza que mi equipo tiene y que le hace distinto y sobresaliente ante los demás de la competencia. Esa fortaleza me da ventaja»

Desde luego solo quien está inmerso en su disciplina es quien puede conocer mejor dichas ventajas y fortalezas, pero lo que quiero expresar es que lo que explica un resultado no es la cantidad de energía que se pone en tratar de conseguirlo per se, si no el conocimiento real que se tenga de las variables correctas que más impactan el mismo.

Prefiero que mis colaboradores trabajen lento pero en los argumentos que importan más que trabajar esforzados en todo lo que no tiene sentido.

Así, lo que hay que preguntarle a un entrenador deportivo no es tanto si está seguro de conseguir un buen resultado o no, si no más bien si conoce qué palancas y botones apretar para hacer que este suceda.

Factor Equipo Factor Productividad

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MBA por el IPADE Business School fundador de Damian Business Coaching

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