Una estrella no hace una constelación

Una estrella no hace una constelación, es una frase que puede expresar bastante bien lo que muchos entrenadores deportivos descubren una vez que han tenido la oportunidad de dirigir a uno de los denominados jugadores «estrella» como parte de su equipo.

Claro que contar con un talento sobresaliente en lo individual puede ser de gran valía, sobre todo en determinados momentos en que se tiene que atacar un problema muy específico, sin embargo esto no implica necesariamente que por tener entre las filas de un equipo a una estrella, esto dará como resultado poder conformar un equipo de alto rendimiento de forma automática.

Conseguir talento en lo individual no es el elemento relevante (el que más aporta) para la construcción de equipos efectivos de trabajo.

Lograr la unión armónica y efectiva entre los elementos que conforman al equipo, si lo es.

Lo anterior quiere decir que al director o gerente a quien se le encomienda la tarea de conformar un equipo de trabajo capaz de dar resultados, habrá de priorizar que la unión entre las partes sea más importante que las partes mismas en lo individual.

Esto puede explicar por qué muchas veces un mismo equipo deportivo, cuando es liderado por un entrenador no es capaz de conseguir los mismos resultados que cuando, posteriormente, ese mismo equipo es dirigido por un entrenador diferente.

¿Qué sucede? ¿Los jugadores cambian? ¿Las estrella se acuerdan que son estrellas? No, nada eso.

Simplemente sucede que el nuevo estratega acomoda y reorganiza sus piezas de tal forma que la actividad y la relación entre los integrantes del equipo se recompone. Es como si los jugadores expresaran en silencio «antes no nos entendíamos y ahora si».

Por eso, cuando se recluten talentos para una organización, recomiendo dar más prioridad al potencial  de la relación que estos futuros colaboradores (estrellas o no) puedan tener como parte de un equipo, que al posible talento que tengan en lo individual.

Recordemos que la grandeza del universo se pone de manifiesto cuando apreciamos la magnitud de sus constelaciones no de sus estrellas.

(más sobre mi labor como entrenador de talento organizacional en www.joseluisdamian.com)

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MBA por el IPADE Business School fundador de Damian Business Coaching

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