¿Por que no empiezas?

Tienes una tarea, un pendiente en tu agenda, que ha estado ahí por más de dos semanas. Sabes que poner manos a la obra sobre esta tarea hará la diferecia en los resultados que buscas generar sin embargo, por alguna razón, no la haz hecho.

Ahí está, gritando ser atendida, más ni aún así nos decidimos a hacerle caso. Sabemos que lo habremos de hacer en algún momento, más ese momento no es ahorita. Volteas a verla una y otra vez anotada en tu lista y tan solo te queda preguntarte una vez más: ¿Por que no la haces? ¿Por que no empiezas?

Mi experiencia me dice que esto sucede esencialmente por las siguiente razón: Tienes miedo

Miedo de lo que habrás de encontrar en el camino en el preciso momento en que la comiences a hacer.

Y es que sabemos perfectamente bien que los deberes, desde que se llaman así, representan dolor, incomodidad y desánimo.

Pues sabes qué…

¡Justo así serán las cosas! Habrá dolor, incomodidad y desanimo.

Más con todo y esto… ¡Empieza ya!

 

En todo nuevo emprendimiento siempre existe el miedo de fallar, fallar produce dolor personal, y dado que los seres humanos de manera natural huímos del dolor (si conoces  a alguien que no lo haga aconséjale acudir a un psicólogo), entonces preferimos no emprender (empezar) por miedo al dolor que esta acción nos pueda producir.

Se que tengo que estudiar con antelación para el examen que habré de presnetar en 15 días, pero prefiero dedicar tiempo a internet que a mi libro de trigonometría…

Se que tengo que iniciar la elaboración de una presentación d resultados que entregaré a mi jefe en 10 días, más ya la podré hacer más adelante, mejor sigo revisando correos.

Tendría que iniciar una dieta para ponerme más en forma, pero ya llegará un lunes adecuado para iniciarla, por el momento vayamos al refrigerador a ver que encontramos…

Estos son ejemplos de delegaaciones de actividades relevantes que tienen como trasfondo la huida del dolor.

Tomar un libro de estudio renunicando al internet y ponerme a estudiar me producirá incomodidad (dolor). Trabajr en presentar resultados a mi jefe me produce miedo (dolor) a su reacción. Iniciar una dieta me activa sentimientos de frustración (dolor) ante la posibilidad de que nuevamente no la pueda seguir. Por lo tanto, dado que tengo miedo de sufrir (dolor), prefiero no iniciar.

La solución a esta situación, evidentemente no se centra en tratar de evitar el miedo que produce el dolor de la responsabilidad, sino más bien en aceptar que este sufirimiento existirá pase lo que pase, pero de ninguna manera me destrozará. El dolor es parte del proceso de conquistar una meta, no el impedimiento para intentarla.

Acepta que estudiaar no es placentero, acepta que una dieta es incómoda, acepta que cumplir con el trabajo implica momentos tensos. Acepta que esto es así, y aún así haz lo que tengas que hacer (no solo lo que te guste hacer).

La acción más relevante (la que mejores resultados produce) es la que se tiene que hacer, no la que se quiere hacer. Lamentablemente el miedo al dolor nos lleva a refugiarnos únicamente en lo que deseamos y no en lo que debemos hacer.

Recuerda, el deber se «debe» aunque no siempre se quiera.

(No pain, no gain)

Factor Humano Factor Productividad

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MBA por el IPADE Business School fundador de Damian Business Coaching

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