Resultado mata teoría
Quienes trabajamos enfocados en mejorar el desempeño de las personas podemos confirmar que el principio que da nombre a esta publicación se corrobora a cada instante.
A lo largo de los años he trabajado con decenas de directores de empresa que afirman estar desesperados por encontrar talento que tenga como característica la capacidad de resolver problemas en el camino de trabajar las metas de la organización.
«No me digas por que no se puede, sino cómo si habrás de conseguirlo» es un mantra entre los directores.
Esto hace más imperativo la necesidad de enfocar a nuestros colaboradores en la habilidad de conseguir resultados con independencia de las teorías que respalden los procedimientos para conseguirlos.
Una teoría es solo eso, teoría. Aire, letras y discurso que se puede explicar en una diapositiva de Power Point, pero no más que eso.
Lamentablemente nuestras escuelas, universidades y congresos están llenos de ellas. Cobran por exponerlas, enseñarlas y hasta por entregarlas en hojas de texto. Y eso eso está bien, pero cuando llega el momento de la verdad, el día de aplicar lo aprendido, lo que importa es el resultado. Si la teoría sirve, bien, pero si no, a la basura y a seguir en pos del resultado.
Claro está que la gran mayoría de las teorías surgieron a raíz de experiencias de éxito, más esto no las hace infalibles ni definitivas.
Es por eso que concluyo diciendo que el resultado ha de ser el rey, gracias a la teoría, sin contar con la teoría o a pesar de la teoría.
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